¿Deseas saber cómo declararse en bancarrota en Canadá? Algunos emigrantes y ciudadanos en Canadá enfrentan deudas que se les hace imposible superar. Por eso, en el país existen diversas formas de superarlas, como la consolidación de deudas y un programa de manejo de deudas. Pero si ya acudiste a estas opciones, y no te funcionaron, puedes usar como último recurso el declararse en bancarrota.
Lo importante es no dejar que el estrés de las deudas controle tu vida, por lo tanto, si estás buscando declararte en bancarrota, tienes que leer este artículo, pues te vamos a responder todas las inquietudes de cómo declararse en bancarrota y así puedas solventar tu situación financiera.
La bancarrota en Canadá es un proceso sencillo, pero amerita un extenso papeleo. Este proceso es 100% legal y se rige por la Ley sobre bancarrota
e insolvencia. Para la declaración tendrás que solicitar la ayuda a un fideicomisario autorizado en bancarrota o un Administrador Concursal Autorizado, ya que el proceso no se puede llevar por cuenta propia.
El fideicomisario es el ente encargado en asegurarse de que tanto tú como tus acreedores estén protegidos, mientras se llevan a cabo todos los procedimientos de insolvencia que solicita el gobierno federal con la finalidad de determinar si existen vías posibles para saldar tus deudas o, por si el contrario, debes declararte en la quiebra total.
Por eso, cuando realices la declaración, todos tus activos, incluyendo las inversiones, propiedades e ingresos, pasarán a manos del Administrador de Insolvencia, y tú entrarás en periodo “sin liquidar”. Cabe destacar que el administrador será el encargado de dar la cara por ti ante tus acreedores y de llevar a cabo el proceso de insolvencia.
En este periodo tu administrador deberá determinar la cantidad neta de tu patrimonio actual con la finalidad de administrarlo, reportarlo ante la a Oficina del Superintendente de Bancarrotas y pagar al menos el 50% de las deudas contraídas.
Si ya tomaste la decisión de declararse en Bancarrota en Canadá, tienes que seguir una serie de pasos, los cuales vamos a mencionar.
Como mencionamos arriba, para la declaración tienes que solicitar la ayuda con un Fideicomisario de insolvencia autorizado. Esta persona te va a solicitar los documentos que necesitas para el proceso, además, trabajará con los acreedores en tu nombre.
En el primer encuentro con el Fideicomisario se va a indagar sobre otras posibles opciones, antes de seguir con la declaración de la bancarrota. En caso de que no haya otra alternativa, vas a tener que rellenar una solicitud con los datos personales: (Nombre completo, dirección, fecha de nacimiento, etc.), así como los activos que tengas y una lista de tus acreedores.
Esta figura será un mediador, por lo que no tendrás que enfrentar de manera reiterada los escenarios abrumadores que genera una deuda y te guiará durante todo el proceso de renegociación de las deudas.
Cuando se completa el papeleo necesario, el Fideicomisario declarará la bancarrota a tu nombre ante el Gobierno Federal y él se encargará de notificarlo a tus acreedores. Después de la presentación, ningún acreedor podrá colocarte en contacto contigo o embargarte tus ingresos.
Luego de que presentes la bancarrota, tendrás que vender algunos activos para paga algunas deudas a tus acreedores. Esta venta varía de provincia a provincia, pero generalmente, vas a devolver el capital que hayas acumulado con tu casa, así como vender autos y demás propiedades.
Mientras estés en bancarrota estarás en la obligación de reportar todos tus gastos diarios, así como los ingresos mensuales de tu familia. Si llega haber algún cambio, tendrás que mencionarlos al fideicomisario y él los incluirá en el reporte mensual del proceso.
Además, tienes que llegar a un acuerdo de pago mensual a tu fideicomisario, así como el pago de ingresos excedentes. Esto quiere decir, que si tus ingresos superan cierta cantidad, deberás pagar el 50% de este excedente a tus acreedores, para que tu deuda disminuya.
Luego de cumplir con los pasos anteriores, tendrás que asistir a sesiones de consejería de crédito. De esta forma, podrás desarrollar una estrategia de gestión financiera a medida que el proceso vaya avanzando.
En general tienes la obligación de ir a 2 sesiones, la primera se efectuará a los 60 días de la declaración. Mientras que la segunda se lleva a cabo a los 210 días. Si vas a ambas, podrás ser elegido por una elección automática.
En caso de que cumplas con todos los criterios para salir de la bancarrota (asistir a las sesiones de consejería y pagar los excedentes de ingreso) podrás librarte de la bancarrota en 9 meses. Pero, si tienes que hacer varios pagos de excedentes de ingresos, permanecerá “sin liquidar” por al menos 21 meses. Y si no has re-pagado el excedente de ingresos, permanecerás en bancarrota hasta que lo hagas.
Una vez termines de pagar y que culmine el proceso, pasarás a liquidar y podrás adquirir activos sin la supervisión de un Fideicomisario.
Sin embargo, esto va a afectar la capacidad de obtener créditos durante 6 años. Y es que, si te declaras en bancarrota, tu informe crediticio cambiará de ser un número para ser una “R”; lo que quiere decir, puntuación rechazada.
Si quieres declararte en bancarrota, tienes que saber que el proceso no es gratis. El precio que vas a pagar dependerá de tus circunstancias personales, pues el costo varía dependiendo de tus ingresos, gastos y la cantidad en activos que tengas disponible.
Por lo general, vas a tener que pagar una tarifa mensual al Fideicomisario, lo que cubrirá el papeleo y cualquier pago de ingresos excedente. Para que tengas un aproximado, si vas a declararte en bancarrota vas a pagar mensualmente unos 200 CAD.
A pesar de que declararse en bancarrota en Canadá es un proceso rápido, se necesita de varios pasos para que pueda efectuarse, recuerda que este trámite puede afectar considerablemente tu historial crediticio y, afectará la capacidad de solicitar diversos créditos en el país. Por eso, antes de tomar la decisión de declararte en bancarrota, debes pensarlo muy bien y revisar todas las opciones disponibles que tienes antes de hacerlo.
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